viernes, 31 de octubre de 2008

La muerte tiene quien le escriba


Hace un par de años mi sobrina, en aquel entonces de 10 años, me preguntó: ¿Por qué existe la muerte? ¿ por qué la gente tiene que morir?


Mi sobrina en ese momento proyectó uno de los enigmas más grandes que ha tenido la humanidad, incluso antes de que fuera considerada como humanidad. Es curiosos que algo tan común en la naturaleza nos afecte a tal grado como la muerte porque, al parecer, la gran mayoría de los seres humanos nos cuesta trabajo aceptar su implacable paso por la Tierra. Va mucho más allá del saber que la persona que muere no la volveremos a ver nunca; yo he conocido a gente que estimo y que quiero que sé que no la volveré a ver jamás, y no tengo la sensación que da cuando alguien fallece. Lo que creo es que, como dice Mecano en una canción, "el que se muere, no vive más" y es nuestro instinto de supervivencia es el que nos hace intentar pelear contra ella en todo momento. No queremos que nadie muera y consideramos que el peor castigo que se le puede dar a una persona es la muerte.


Debo reconocer que la Muerte despierta en nosotros la mayor de las manifestaciones de fé que existen: es la idea de que existe el espiritu o alma al igual que otra dimensión a la que llegamos una vez que terminan nuestros días en este mundo.

De ahí surgen ritos y costumbres que llegan a ser hermosos y llenos de espiritualidad como lo es poner ofrendas con flores y comida a los difuntos los primeros dos días de noviembre, es una de las cosas que más me enorgullecen y arraigan en mi país.

He vivido la muerte de dos maneras: la primera y más dura de mi padre, que por circunstancias de la vida no estuve en su sepelio y no tuve la oprotunidad de despedirme de él, y el luto se mantuvo conmigo durante más de 7 años hasta que una mano divina me llevó casi a ciegas hasta su tumba y por fin; creo yo, pudimos descansar ambos.

La segunda de mi abuela, quien duró muchos años enferma, pero cuando la ví por última vez en su ultimo cumpleaños ambos supimos, sin decirlo, que ya no me vería más. Cuando supe que falleció no lo pensé, fui a despedirme y verla por última vez.

A ambos los extraño, pero sé que vienen cada año a visitarme, aunque a veces pienso que vienen más seguido. No pongo en la ofrenda exactamente lo que les gustaba pero siento que el olor de las flores y el incienso (este año intentaré poner copal) los dejan más que satisfechos.


No pensé mucho en la respuesta que di, de hecho traté de liberarme de cualquier resquicio de fé, porque he visto que la fé de unos confunde a otros y no quería dejar confundida a mi sobrina.

Le dije que la muerte es una de las leyes de la vida y la naturaleza que permite que todos los seres pasemos por este mundo. Si no existiera la muerte, nos acumularíamos tanto; que tendrían que haber dejado de haber nacimientos desde hace mucho y tal vez ni ella ni yo podríamos haber existido en esta Tierra para podernos preguntar la finalidad de la Muerte.


No me arrepiento de mi respuesta.

1 comentario:

Reynoso dijo...

Marioni,

Hacia mucho tiempo que no recordaba aquellos pasillos tan silencios frilentos y solitarios como en el que esta la tan famosa Sra Muerte!

Saludos,

A. Reynoso